traductor

viernes, 5 de julio de 2013

VIERNES ESCÉPTICO


Médica católica “descubre” que el “gen gay” no existe 

Lee el artículo completo aquí

A medida que la autoridad doctrinaria de los ministros religiosos disminuye, como resultado de la secularización de la sociedad, se hace cada vez más difícil para éstos defender puntos de vista que chocan contra la realidad y el sentido común. Queda, entonces, recurrir a la ciencia para buscar en ella una validación de esas opiniones que antes bastaba declarar como creencias obligatorias. Un caso especialmente molesto para ciertos creyentes ha sido la constatación científica de que la homosexualidad no es una enfermedad psicológica o psiquiátrica ni una especie de deformidad, sino una variante minoritaria pero normal de la sexualidad humana.

Las estrategias de contraataque ante ese golpe han variado. En general los creyentes más devotos y las corrientes religiosas menos —digamos— sofisticadas simplemente niegan la autoridad de la ciencia o la descalifican como instrumento de ideologías demoníacas. Pero otro importante sector religioso reclama aún, y fabrica a su medida, validación académica y científica (o más bien pseudocientífica). Existe todo un ecosistema de think tanks, ONGs pretendidamente “civiles”, asociaciones médicas y psicológicas, universidades confesionales, etc., además de profesionales individuales, que canalizan o producen “hallazgos” científicos que validen falacias como, por ejemplo, que la homosexualidad está asociada con el consumo de drogas y la depresión o con la pedofilia, que los anticonceptivos orales aumentan el riesgo de infección por HIV o que el aborto produce en la mayoría de las mujeres un “síndrome post-aborto”.

Hay que reconocerles a estas organizaciones académicas y grupos activistas que al menos se toman un cierto trabajo en engañar y engañarse. Porque también hay algunos que ni siquiera se esfuerzan. Tal es el caso de la Dra. Maíta García Trovato, una psiquiatra peruana que aparece citada en estos días por los medios católicos clamando triunfante que ha descubierto que no existe un “gen gay” o gen que determine la homosexualidad, y por lo tanto es falso que la homosexualidad sea innata, lo cual autoriza (en su visión) a tratar la homosexualidad como una desviación o enfermedad moral. ¿Cómo lo “descubrió”? A causa de la salida del closet de Jason Collins, basquetbolista de los Boston Celtics. Resulta que Collins es gay pero tiene un hermano gemelo que no lo es. Esto “demuestra”, según García Trovato, que no se nace gay, porque para eso debería haber un “gen gay”, y entonces ambos hermanos, genéticamente idénticos, deberían tener la misma orientación sexual.

Parece increíble que haya que aclarar esto, pero aquí va. No existe un “gen gay”. Como casi la totalidad de las características humanas que consideramos importantes, la homosexualidad no está 100% determinada genéticamente. En eso tiene razón García Trovato. A partir de allí todo lo que dice es una simplificación burda de la cuestión que, francamente, resulta muy difícil de creer que no sea intencional. Los estudios realizados hasta ahora han mostrado que la homosexualidad tiene un componente genético importante; que muy probablemente haya un componente ambiental, dado por la exposición a hormonas durante la gestación; que la orientación sexual se define muy pronto en la vida y que no es susceptible de cambio; y que las técnicas usadas para intentar cambiarla son casi siempre inútiles y a veces dañinas, por lo que no es ético recomendarlas.

Ningún científico serio ha manifestado jamás creer que existe un “gen gay”, una especie de interruptor en un trozo pequeño de ADN que enciende o apaga una orientación sexual. De hecho casi nada (fuera de lo más trivial) en el cuerpo humano es producto exclusivamente de un gen.

(...)

El mito del “gen gay” nunca fue más que un mito. Regocijarse por haberlo “refutado”, empleando además un ejemplo falaz, es propio de pseudocientíficos deshonestos con una agenda ideológica a los que más vale no dar crédito.


No hay comentarios:

Publicar un comentario