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viernes, 24 de enero de 2014

Pederastas en Ecuador

Por Diego Maenza, Ecuador

El psicólogo y periodista español Pepe Rodríguez, un especialista en lo referente al accionar de la ICAR, en una publicación a principios de este siglo (Pederastia en la Iglesia Católica), detalla la actividad sexual del clero con unas cifras que para cualquier feligrés tendrían mucho de escandaloso.

Así, el autor sostiene que del total de sacerdotes, el 95% se masturba o ha masturbado y que el 60% mantiene relaciones sexuales. De ese porcentaje, el 26% soba a menores, 20% realiza prácticas de carácter homosexual, 12% es exclusivamente homosexual, y 7% comete abusos graves contra niños y niñas.

La homosexualidad dentro de las filas de la Iglesia no guarda ninguna novedad, ni siquiera si observamos el porcentaje de ello. Lo que llama la atención es la hipocresía de los prelados, de sus adláteres y corifeos, quienes condenan a viva voz a las personas que optan por una preferencia sexual diferente a la que ellos denominan la correcta, mirando la paja en el ojo ajeno.

Que un 20% de los curas se haya secularizado y casado indicaría para las autoridades eclesiásticas que existe un grave problema con respecto al celibato, pero al parecer como tienen oídos de mercader, no hay peor ciego ni peor sordo que el que no quiere ver o escuchar.

Continuando con las mismas cifras del libro citado, que el 26% de los sacerdotes que mantienen actividad sexual realicen tocamientos a menores y que el 7% abuse de ellos con sexo oral y penetración, y que nadie pueda juzgarlos, es sencillamente imperdonable en una sociedad que se considera civilizada.

También es un hecho demostrado que el Código de Derecho Canónico protege a los sacerdotes, sin importar el delito que éstos puedan cometer, sentenciando al acusado a penas expiatorias y siempre velando para que quien delinque se arrepienta y que de esta forma quede saldada su deuda moral, mas no su delito físico.

Estos “juicios” son llevados a efecto en absoluta confidencialidad (como una broma kafkiana, ya que el mismo Código Legal lo exige) y no existe la más mínima oportunidad de que la justicia ordinaria (y legítima) pueda procesarlos.

De esta forma los obispos y altos jerarcas de esta caduca institución perpetúan en secreto (encubriendo a estos criminales) uno de los delitos más execrables de nuestra sociedad.

Y sin embargo, muchos se les escapan. Los juicios están dejando las arcas vacías de las diócesis en las cuales han sido perpetrados los actos criminales, por pago de indemnizaciones, y en muchos casos por chantajes a las víctimas.

En Ecuador también han salido a la luz estas denuncias.

Las más mediatizadas han sido los de los curas Pedro García en Guayaquil y Wilson C. en Loja. Éstos son sólo dos de los últimos conocidos en Ecuador. El primero, dado a la fuga en mayo del año pasado, abusó de 5 niñas y de una mujer adulta. El segundo, fue detenido por las autoridades lojanas en septiembre del mismo año; abusó de un joven.

El problema es grave, muy grave, requiere ser tomado en serio y definir medidas lo más pronto posible, si no es por la misma institución que lo alberga (algo que está a años luz de suceder), debe ser por el accionar de la sociedad que despierte hacia esta pérfida realidad.

Por este motivo Joseph Ratzinger renunció a su condición de Sumo Pontífice. Entonces hay que hacer algo, pues este problema no se solucionará con los show mediáticos que realiza Bergoglio a manera de imitador de populista, sino teniendo en cuenta que lo que realizan los sacerdotes pederastas solo tiene un nombre y es delito y que encubrir un delito constituye un acto de mayor corrupción para quienes se dicen ser los guardianes de la moral.


TESTIMONIOS:

FUENTES:
RODRÍGUEZ, Pepe. Pederastia en la Iglesia Católica, Delitos sexuales del clero contra menores, un drama silenciado y encubierto por los obispos. Páginas 42-46.


4 comentarios:

  1. Me gustaría contactarte para una entrevista. Ayúdame con tu número de contacto
    boscana@granasa.com.ec

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    1. Ya he indicado en su correo la forma de contactarme. Pase bien.

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  2. Por favor necesito contactarte para un reportaje. Mi email es sorayac@yahoo.com

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  3. Hola buenos días, quisiera contactarme con ustedes para que nos ayude con información. mi email es gabriela1bmedina@gmail.com

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