traductor

lunes, 10 de noviembre de 2014

SOBRE LA HERRUMBRE EN LAS BISAGRAS DEL CLÓSET*

por Andrés Caicedo V.

*Este artículo fue publicado originalmente el 1 de marzo de 2011 en el blog No Creo en Cucos, de mi autoría. A manera de actualización, se ha reemplazado "Ratzinger" por "Bergoglio", pues se los menciona como cabezas de la Iglesia Católica y no necesariamente por algún particular personal o de su gestión. Los datos y porcentajes son referenciales, es posible que hayan variado considerablemente.

Vivo en un país pequeño. Un arrinconado pueblito sudamericano nacido en medio de revoluciones y turbas políticas. Por este territorio ha pasado tanta historia como café por mi garganta; con la particularidad de ser historia olvidada. No sé por qué exactamente fue que los ecuatorianos desarrollamos esa fantástica habilidad de olvidarnos de todo. Somos una cultura milenaria que no tiene registros ni de sus últimos cien años. Estoy seguro de que ni siquiera nos acordamos qué fue lo que votamos en los últimos comicios.
En resumen, vivo en un país pequeño, de origen incierto, lleno de gente iracunda y olvidadiza que lucha por cosas que ni siquiera recuerda, con decenas de culturas distintas mezcladas cual fanesca y con una inexplicable intolerancia hacia todo, excepto hacia la Iglesia Católica.
Más de veinte nacionalidades y culturas en solo 283.561 km2 y 14'306.876 habitantes. Todos evangelizados. Todos fevientes creyentes en la santa palabra del señor Bergoglio. Y sobre todo, todos tan acostumbrados a ese aplastante 85% de católicos, apostólicos y romanos, que hasta a los ateos y agnósticos (que no somos más del 2% de la población) se nos sale de vez en cuando un "Dios le pague".
Pero de este gigantesco 85%, solo 35% se considera practicante, lo que deja a un 50% de ecuatorianos en el limbo de la mera costumbrista mogigatería.
Y es a esa mitad es a la que pretendo dirigirme con este breve post: 7'153.438 de mogigatos, aproximadamente.
A ver, gente: muchos de ustedes consideran a la teoría de la evolución como un argumento científico sólido y comprobado, ¿cierto? Además están de acuerdo con el uso de condones, no solo con fines de prevención contra el sida, sino como método de control de natalidad, ¿de acuerdo? Y le paran tanta bola a Bergoglio como al profe de inglés del colegio, porque saben que las burradas que dice no son inspiradas por Dios, ¿o sí? Es más, saben que la misma Biblia tiene contradicciones, errores, conceptos abandonados a la libre interpretación, pérdidas conceptuales por causa de las múltiples traducciones, inconsistencias morales, esclavitud, pedofilia, misoginia, guerras, genocidios, ira, venganza y xenofobia, ¿o no? Incluso me atrevería a decir que no van a misa, que los curas les causan cierto rechazo, que han encontrado refugio en una reedición personal de esta religión, que tachan a los devotos como "curuchupas", y que no creen en el sacramento de la confesión, porque su relación con dios no necesita de intermediarios.



Si alguien se siente identificado con la mayoría o con todos los postulados anteriores, pues solo me queda hacer una pregunta:
¿Qué demonios esperan para salir del clóset?
Digo, siguiendo un breve patrón lógico, no le encuentro el sentido a seguir llamándose "católico". Los judíos tienen esa costumbre porque su comunidad está llena de beneficios, más que una religión es como un club exclusivo; ¿pero los católicos? ¿qué beneficio puede traerle a alguien que no está de acuerdo con El Vaticano el seguir llamándose católico?
En Ecuador, el clóset del ateísmo y el agnosticismo está cerrado como lápida, con bisagras herrumbradas y candados de discriminación, miedo, conformismo y costumbre, y con la aldaba del desinterés. Es hora de abrir ese condenado clóset que nos vinieron a instalar hace más de 500 años, a fuerza de fusiles y látigos.

jueves, 2 de octubre de 2014

El gran misterio de amor

Por Génesis Hurtado, Ecuador

 *Ensayo en la capilla para la misa de graduación*
Prof. de religión: Tienen que mirar al frente, al santísimo, es aquí donde ocurre el gran misterio de amor.

El único gran misterio de amor que yo he visto en esa capilla no está precisamente al frente, sino detrás... Y no es una hostia ni una copa con vino... Son esos besos furtivos, esos besos prohibidos, esa locura que envuelve a las generaciones, esa libertad que nos llama a gritos, ese amor natural, esas caricias tímidas, esos besos de amigas, de novias, labios aquellos que nos devoran, reflejos de espejos, sombras iguales, amor lésbico.
Y sí, mientras ese supuesto dios ha estado clavado ahí por años, ese amor nuestro ha existido por años, esos besos se han repetido miles de veces y aunque ya no volveré a ese colegio aseguro con firmeza que el gran misterio de amor seguirá ahí, dándose recreo tras recreo.

martes, 16 de septiembre de 2014

La Asociación Ateísta Ecuatoriana (AAE) 
Convoca Agnósticos, Ateos, Antirreligiosos del Ecuador 
al primer espacio de deliberación pública para tratar la situación del Laicismo en el Estado Ecuatoriano.


lunes, 8 de septiembre de 2014



Rechazo al Lobby Fundamentalista

Ante las últimas declaraciones y resurgimiento del Lobby fundamentalista del Ecuador, la Asociación Ateísta Ecuatoriana, organización a nivel nacional, manifiesta lo siguiente:

1.- El reconocimiento de la Unión de hecho en el documento de identidad, es una circunstancia transcendental en los derechos humanos del Ecuador, no solo de las parejas homosexuales, sino para todas las parejas heterosexuales.

2.- La recolección de firmas por parte de estos grupos de extrema derecha, contribuyen no solo a que los derechos de la constitución de la República del Ecuador, en su artículo 68, se pretendan no ser reconocidos,

3.- Este tipo de acciones solo generan la proliferación de malos entendidos y por su puesto el rechazo consuetudinario a las personas de una orientación sexual o identidad de género diferentes.

 4.- Es una clara evidencia extrema que afecta inclusive a los heterosexuales, que no desean acceder a la institución del Matrimonio, pues muchos ecuatorianos, no conciben el matrimonio (civil) como parte resolutiva de sus vidas, por tanto debe ser expreso el derecho de la Unión de Hecho, como un estado civil, cuya lingüística no se encuentra conectada al derecho canónico como lo es el matrimonio.

 5.- Invitamos a que estos grupos, en vez de concentrarse en el obstáculo de los derechos de la personas de la diversidad sexual, y en este caso inclusive de las personas heterosexuales, a que hagan campañas para la vigilancia de sus curas pedófilos como el caso del Padre Vicente García, acusado de violar a más de cinco niños de la Parroquia Jesús Obrero del Suburbio de Guayaquil.

6.- Así mismo, les invitamos a que generen nuevas formas de sostener sus iglesias, puesto que creemos que los impuestos contributivos al Estado, y al que se encuentran exentas la mayoría de iglesias de forma privilegiada, afectan nuestra economía, tanto de heterosexuales homosexuales, creyentes y no creyentes.

7.- Rechazamos toda forma peyorativa de maltrato al Sr. Presidente Rafael Correa Delgado y al Secretario Presidencial Alexis Mera, en su visceral comunicado contra las poblaciones TILGB.

8.- La Asociación Ateísta Ecuatoriana, les invita al dialogo formal y desinteresado con el fin de mantener una estado de convivencia armoniosa, donde imperen el respeto por la prevalencia de los derechos humanos y las garantías que nos otorga el estado Ecuatoriano desde la Laicidad según su artículo número 1.

Atentamente,

Gustavo La Mota
Presidente Asociación Ateísta Ecuatoriana
Teléfono: 0985056914


 Lorena Zambrano
Secretaria General Asociación Ateísta Ecuatoriana
Teléfono: 0990403702

asociacionateistaecuatoriana@gmail.com



miércoles, 3 de septiembre de 2014

Carta abierta de la Asociación Ateísta Ecuatoriana en respuesta a las declaraciones del Arzobispo de Guayaquil ...

                                              Guayaquil, 2 de Septiembre de 2014


En vista de las declaraciones efectuadas por usted, en las cuales se menciona que:

“El reconocimiento a las familias diversas es una DISTORSIÓN de la columna misma de la sociedad y que el activismo TILGB (Trans, Intersex, Lesbianas, Gays y Bisexuales) es un virus que penetra el ordenamiento jurídico de nuestro país”

Vale la pena aclarar que las mismas afectan a comunidades de Ecuatorianos de diversa condición sexo-genérica, fomentando el odio hacia esta población históricamente discriminada.

La Asociación Ateísta, rechaza este tipo de declaraciones por considerarse medievales, al punto de limitar el acceso a la salud, educación, empleo, ciudadanía y justicia de las poblaciones TILGB. Nuestro colectivo cree firmemente en el artículo número 1 de la constitución de la República del Ecuador, donde manifiesta que Ecuador es un estado Laico, y que desde esta perspectiva, conocemos claramente que este tipo de declaraciones no pueden influir en el goce de los derechos humanos, en este caso, de las poblaciones de la diversidad sexual.

En primer lugar el reconocimiento y otorgamiento de derechos civiles a las familias diversas no puede calificarse de distorsión. Tanto las familias tradicionales como las diversas han coexistido siempre en la humanidad y las dos han sido pilares de la sociedad.

En segundo lugar, el calificativo de “virus” es un insulto y una clara discriminación hacia las comunidades y activistas TLIGB.

Queremos manifestar con la fineza del caso que este tipo de declaraciones, podrían considerarse un acto de discriminación, tanto para el artículo 176 del COIP y del artículo 68 del medio de comunicación que lo emitió, para el caso de la ley orgánica de comunicación.


Es menester destacar el precedente legal, sentado a través del Tribunal contencioso electoral, quien sancionó al pastor Nelson Zabala con la pérdida de sus derechos políticos y la sanción de 3180 dólares americanos, durante la campaña para designaciones de presidente y asambleísta durante el 2013, por sus declaraciones sistemáticamente transfóbicas y homofóbicas.
Apreciado Monseñor Arreguí, apelamos por la cordura y el respeto a los derechos humanos, el Ecuador es un país Laico y dentro de ese marco debemos fomentar una sociedad inclusiva, respetando a la diversidad sexual. Esperamos que esta clase de declaraciones cesen y trabajemos en conjunto por el anhelado “Buen vivir” para todas y todos los Ecuatorianos.

Atentamente,

Gustavo La Mota
 Presidente Asociación Ateísta Ecuatoriana
Correo: asociacionateistaecuatoriana@gmail.com
Teléfonos: 0985056914      









                                       

domingo, 24 de agosto de 2014

QUERIDOS REACCIONARIOS DE MI PATRIA

Tras la feliz noticia de que, finalmente y luego de seis años de aprobada la Constitución de Montecristi, la unión de hecho se reconozca como estado civil, me senté un rato a disfrutar de la opinión popular, esta vez expresada a través de la página de Facebook del diario El Comercio.

Ya involucrado en la conversación, noté cierta reticencia ante la medida, sobre todo por la posibilidad de las parejas homosexuales para, por fin, registrarse de forma legal y acceder a los mismos beneficios que tenemos todos los ciudadanos.

Pero a pesar del general descontento, lo bueno de tan agradable conversación (por llamarle de alguna manera) fue que ustedes, los más acérrimos conservadores y los más intransigentes fanáticos pudieron desahogarse un poco.

Allí, como en otros espacios, han expuesto sus miedos, sus traumas, sus deseos ocultos; han despotricado y zapateado, insultado y discriminado, para luego —irónicamente— exigir respeto y tolerancia sin habérselo ganado.

Han usado el impersonal espacio digital como la tarima de la tozudez, liberando de sus cuerpos esos demonios en los que creen con tanto fervor. Y podrán seguir haciéndolo, por supuesto. Pero lo bueno de un país en el que comienza a madurar la democracia, es que poco a poco se empiezan a respetar los derechos y no se los negocia ni se los somete a referéndum. Se los ejecuta; y si no, quienes se afectan por su falta de aplicación los conquistan con la lucha de los argumentos.

Es una pena para ustedes, estimados carcundas, que nunca se haya estipulado en ninguna parte el derecho a la no ofensa, o el derecho a la discriminación. Siéntanse, pues, ofendidos —si gustan— todo lo que quieran. Exhorten a sus coidearios, "a los ángeles, a los santos, y a vosotros hermanos que intercedáis" por que aquello que tanto detestan se vuelva ilegal y penado. Reclamen a su Dios Todopoderoso para que nos mande más temblores; apelen a la destrucción de la familia, de la sociedad, de los valores, de la humanidad, del honor, de los principios; hagan cadenas de oración y escriban misivas virulentas; citen los versículos acomodadizos de La Palabra; expulsen su rabia con diatribas iracundas en las plazas… en fin, hagan lo que les dé la santa gana (nunca mejor dicho).

Pero los derechos ganados son irreversibles. Así que, aunque se paren de cabeza, queridos reaccionarios de mi patria, no podrá volverse atrás.

Lo siento mucho por ustedes… no, no es cierto. En realidad, me alegro por su desdicha. Que tengan un feliz resto de la vida.

viernes, 30 de mayo de 2014

Víctimas de amor forzado



Por Agnódice de Atenas, Ecuador








Somayeh Mehri (29) y Afghanipour Rana (3) son una madre y una hija que viven en Bam, sur de Irán. Las dos mujeres fueron atacadas con ácido por el marido. Somayeh sufría constantes abusos físicos por parte de él, hasta que finalmente encontró el coraje para pedir el divorcio. Amir le advirtió que si persistía en sus intentos de salir, ella no viviría la vida con la cara que tenía. Una noche en 2011, vertió ácido sobre Somayeh y Rana mientras dormían. Los rostros, sus manos y otras partes de los cuerpos de Somayeh y Rana sufrieron quemaduras graves. Somayeh quedó ciega y Rana perdió uno de sus ojos.

Boko Haram, el escándalo de occidente y su sucio pasado




Por Diego Maenza, Ecuador








El mundo entero se ha escandalizado por lo que está aconteciendo en Nigeria, y con justeza, pues somos humanos y está dentro del marco de nuestra razón reaccionar por lo que les sucede a nuestros hermanos o hermanas. Que uso terminología religiosa, espiritual, cristiana, pacata, alegarán los más osados, quienes son los más propensos a determinar y juzgar la conducta del común de los mortales, pero qué mejor forma de utilizar a la misma religión para ir en su contra.

Por ejemplo: Hace algunos meses conocí a un extraño individuo de ideas extravagantes. Un completo escéptico. El extraño caso del lobo solitario, un ateo confeso descarriado de su comunidad. En fin, un ateo a la vieja usanza. El tipo vendía libros, y me extrañó que anduviese promocionando una Biblia. Le inquirí sobre el asunto. Frunció el entrecejo con algo de desidia, como si la frase que estuviera a punto de pronunciar la hubiese repetido un millón de veces, a manera de justificación sabiendo que no le debía ninguna explicación a nadie. No obstante, exclamó: “Vendo la Biblia del hoy, mi querido amigo, para escupir el libro sagrado del mañana.”

Dejo la digresión a un lado.

Grupúsculos fundamentalistas como Boko Haram han existido siempre. Que la religión por la que secuestren, torturen, violen y asesinen tenga un nombre diferente que el de hace seiscientos años no cambia el hecho de que sus motivaciones están sustentadas en una creencia absurda y peligrosa.

Según las declaraciones de uno de sus líderes, su ideología rechaza el hecho de la evolución y considera (porque lo dice su sagrado texto) que la Tierra es plana. Aquí cabe la irónica pregunta: ¿Les suena conocido?

La sharia (famosa en nuestro medio como ley musulmana), que podría parangonarse con las leyes cristianas que regían Europa durante la Edad Media, es usada por Boko Haram como una patente de corso espiritual para justificar sus persecuciones, es un moderno Malleus Maleficarum para excusar su violencia contra las niñas y jóvenes secuestradas.

Pero esta analogía no resulta gratuita si contextualizamos la situación mediante el siguiente interrogante:

¿Cómo fue que la religión de la cruz llegó a ser lo que es hoy? Pues a través de la sangre y el terror. Toda religión que se precie de serlo no anda con medias tintas, no deja vivos a los herejes.

El propósito de empañar al mundo con el virus de la religión islámica no es para nada diferente a las cruzadas católicas, sucesos en donde no importan los muertos ni los actos violentos si los justifica un credo.


Los edictos de muerte a tantos intelectuales por parte de autoridades islámicas no se diferencian en nada a los que en su tiempo asesinaron a genios como Giordano Bruno o mortificaron a Galileo Galilei. De esta forma, la fatua que condena a muerte a Salman Rushdie y pone precio a su cabeza, y lleva a los tribunales a Oriana Fallaci, o que debido a la intolerancia que es azuzada por esas leyes apuñala a Theo van Gogh, no es cosa nueva para occidente, sino un déjà vú que no le gusta sentir.

Lo que expresa el Corán acerca de la mujer difiere en poco a lo que indica la Biblia.

Que a una mujer se la ahorque por abandonar dicha fe, que a otra se la flagele públicamente por haberle dado un beso a la mejilla a un amigo, o que muchas deban soportar abusos físicos porque un maldito libro lo dictamina son hechos simplemente inconcebibles para alguien que esté en sus cabales.

La Iglesia condenó a la hoguera a millones de mujeres acusándolas de hechicería y satanismo, en nombre del Todopoderoso. Hoy el grupo extremista islámico viola y tortura niñas en el nombre de ese mismo inexistente ser.

Objetarán que la comparación que hago es muy arriesgada, teniendo en cuenta que los procedimientos inquisitoriales de Boko Haram no se encuentran institucionalizados; sin embargo, constituye un ejemplo de lo que la religión es cuando las creencias extremas oscurecen la razón de quienes la profesan. Además no hay que olvidar que en muchos estados la sharia ha sido instituida formalmente como ley, y que por lo tanto rige el proceder político de sus dirigentes.

Las potencias occidentales, en su desespero por lavarse las manos, vinculan a estos asesinos con Al Qaeda. Pero cómo creer en sus intenciones si su doblez llega a tal extremo que, mientras anuncian su rechazo a la violencia en Nigeria, apoyan y arman a insurrectos sirios que también pertenecen a Al Qaeda. Sin mencionar que han sido los mismos estadounidenses y sus aliados de la OTAN los que en un momento propicio para su paranoia expansionista y sus intereses geoestratégicos dieron la oportunidad a Boko Haram de acceder a armamento letal.

El Vaticano, con la hipocresía que lo caracteriza, ha condenado este tipo de violencia. Pero el actual Papa, hombre mediatizado por el aparataje eclesial para intentar recuperar el prestigio que alguna vez creyeron tener ante los ojos del mundo, no ha hecho absolutamente nada (a más de su populista discurso) para detener precisamente el abuso a menores que cometen hombres de sus filas, y mucho menos para impedir el sometimiento de la mujer, la discriminación por preferencias sexuales y la intolerancia desde cualquiera de sus aristas.

Con qué moral la Iglesia Católica condena estos hechos si posee un prontuario inacabable de sucesos espantosos y despreciables como el que miles de niños y niñas hayan sido abusados por los puercos pedófilos de sus sacerdotes. Con qué moral se atreve a abrir sus fauces apestosas si durante tres siglos quemó a casi cinco millones de mujeres procesadas por brujería. ¡Imagínense, por brujería, qué cosa tan absurda!

Antes se llamó Inquisición y añadían, en lo que hoy nos parece una expresión que conlleva a la hilaridad, esta suntuosa palabra: SANTA. 

Antes se llamó Santa inquisición, decía, y hoy se llama sharia. Antes le llamaban Yahvé, hoy lo denominan Alá.

Harold Bloom, en su descomunal ensayo “El canon Occidental”, nos incita a conocer a fondo el Corán ya que a percepción del crítico literario es un libro que tendrá una gran influencia en nuestro futuro. Ojalá (palabra que significa “Dios lo quiera”) Dios no lo quiera. O para expresarlo de una forma menos paradójica: que los hombres que dan vida a ese dios o dioses, no lo quieran. 

Aunque las acciones de Boko Haram nos resten la esperanza, aun confiamos en la razón humana.

Vuelvo a mi digresión anterior.

Quizá todos deberíamos vender la Biblia y también el Corán, no físicamente desde luego (no pretendo que se sumen al execrable negocio de la religión). Me refiero, por supuesto, a que debemos perfeccionar lo que hemos hecho siempre: ir en contra de los dogmas, y qué mejor manera de ejecutar este propósito que poniendo como utillaje a nuestro servicio sus mismos textos intocables, como quien extrae el veneno de la serpiente para preparar un antídoto que nos salve.

Y entonces todos y todas “vendamos” la Biblia o el Corán del hoy, para escupir y quemar el pernicioso y detestable libro sagrado del mañana.


Remembranzas juveniles



Por Maubert Ávila, Montevideo-Uruguay

Para la Asociación Ateísta Ecuatoriana

https://www.facebook.com/ruma.fuav






(Evocaciones surgidas tras observar una caricatura en Facebook, en la que un acólito religioso muy emprendedor aparece dándole la tal paliza a un descreído demasiado cuestionador.)

Situación imaginaria la de la viñeta, sí, pero muy similar a otra bien real ocurrida cuando, teniendo yo catorce años, cierto pastor me expulsó del grupo juvenil de la iglesia adventista del séptimo día que funcionaba en mi barrio, el Paso del Molino montevideano (en las que hoy considero que eran unas circunstancias bastante inoportunas para él, dado que nos hallábamos en plena reunión semanal de jóvenes), segregándome definitivamente de su rebaño sólo por no haber logrado él, con su interpretación fundamentalista y literal de las antiguas leyendas bíblicas, explicarme convincentemente una pregunta curiosa e incluso aún algo inocente, la que me había surgido tras haber meditado ciertas lecciones sobre el Génesis recibidas en la escuela sabática adventista (una inquisición la mía nada original, pues ciertamente desde mucho antes y con más elementos muchos otros ya la habían formulado, y yo sólo estaba redescubriendo por enésima vez algunas de las incontables ilogicidades bíblicas, sólo explicables, cuando se observan desde el presente, en función de la muy excusable ignorancia de la humanidad en aquellos días, pero plenamente fuera de época y lugar si hoy alguien seriamente pretende darlas por ciertas). Mi falta gravísima, a ojos del hombre de dios, consistía en haberle inquirido al pastor cómo podía ser cierto que en el arca de Noé -una nave después de todo no muy grande desde los criterios actuales- se habían logrado amontonar los millones de especies animales existentes hoy (quien no subiera no sobreviría hasta el presente), junto a su voluminosa carga del alimento para poder subsistir todos durante meses de navegación a la deriva (en una época en la que ni siquiera existían las cámaras frigoríficas por lo cual no me imagino una colosal carga de animales vivos que debían ser alimento de los carnívoros, y que a su vez debían ser alimentados antes de ser faenados… ¿Y qué decir de las moles de vegetales específicos para todos los diferentes herbívoros? ¿Y la inmensa cantidad de moscas, cucarachas y demás, vivas y alimentadas para nutrir luego a las arañas, escorpiones, libélulas, mamboretás, numerosos hormigueros enteros para los osos hormigueros, y tantos insectívoros, etc., etc., etc. …?). Y la nave debía tener luego más lugar para la familia de Noé y sus vituallas, y aparte también habría que haber incluido a miles de especies de peces separadas en sus respectivas peceras -pues el pez grande se come al chico-, y unos peces son exclusivamente de agua salada como otros de agua dulce, y unos son tropicales y otros de aguas frías, pues inevitablemente la mezcla de aguas saladas y dulces, calientes y heladas, que implicaba el diluvio universal, haría imposible la supervivencia de tantas y tantas especies de peces y de cuántos otros habitantes acuáticos de mares, lagos y ríos, y que además a Dios, si le creemos al Génesis que calla al respecto, se le había olvidado instruir a Noé acerca de la imperiosa necesidad de subir al arca incluso las semillas y gajos de los millones de especies de plantas que seguramente no podrían sobrevivir a meses de inmersión obligada... ¿Cómo limpiaría Noé el interior de las jaulas y pesebres, y cómo se desplazaría de unas a otras, por qué suerte de pasillos? Y luego que bajasen suficientemente las aguas: ¿cómo harían las especies de todo el mundo cuando, tras haber arribado al monte Ararat, debieran dispersarse hasta el último rincón del orbe? Digamos, como podría el oso polar haber llegado al Círculo Polar Ártico, atravesando regiones de calor abrasador para plantígrados de regiones gélidas, o de qué manera el perezoso o el jaguar sudamericanos llegarían desde el Oriente Próximo a su continente de destino, atravesando para ello ¿a nado? el extensísimo y tumultuoso Océano Atlántico, y la Biblia sobre tamañas empresas de titánicos alcances nada decía...


lunes, 14 de abril de 2014

La percepción de la mujer según la Iglesia, Parte I

Por Agnódice de Atenas, Ecuador




Deidades y virus



Por Maubert Ávila, Montevideo-Uruguay

Para la Asociación Ateísta Ecuatoriana

https://www.facebook.com/ruma.fuav





La pervivencia de los dioses se asemeja en mucho a la de los virus. Porque tanto las deidades como los referidos gérmenes submicroscópicos sólo sobreviven parasitando a sus huéspedes, y desaparecen si no logran afincarse en nuevos seres vivos. Los pretéritamente llamados "virus filtrables" lo hacen, según su tipo, en diversos hospederos animales, vegetales o bacterianos, apoderándose de las maquinarias genéticas de éstos para sus propios fines; en tanto, los dioses se incorporan enseñoreándose en la cabeza de los seres humanos, condicionando entonces las acciones sociales e individuales de los sujetos infectados y hasta las leyes y la estructura misma de sus sociedades, tal como la maquinaria celular colonizada por los virus se pone al servicio preferencial de la reproducción vírica. En el caso de ambos, considerando a los virus de las enfermedades humanas y a los dioses, el contagio de unos y otros se efectúa principalmente a través del contacto directo interhumano; y si el contagio viral surge sencillamente de la inmediatez física, la infección religiosa se procesa mediante la acción de la educación, tanto la formal en las escuelas confesionales y los centros de catequesis y otras instancias institucionales de adoctrinamiento, como también mediante la TV, el cine, los libros y demás medios de comunicación, así como en el propio núcleo básico familiar y el resto del entorno, tales los vínculos barriales o a través de las amistades, etc., es decir que las creencias en lo irreal se propagan horizontalmente y por distintos medios en el marco de las sociedades; pero además, si ciertos virus logran proyectarse verticalmente a través de las generaciones por la vía de incluirse en el caudal genético original de los padres rumbo a los hijos que éstos engendren, la fe en deidades y otras rémoras fantásticas logra su peculiar trasmisión vertical por acción de la supervivencia, preservación, reproducción e influjo de las tradiciones religiosas y supersticiosas sobre y en las generaciones posteriores. A la vez, las similitudes se extienden aún más allá del mecanismo de infección y el logro del dominio inmediato sobre los hospedadores habituales: por una parte, tanto dioses como virus se metamorfosean constantemente, logrando con ello superar las defensas -bien que transitoriamente-, en caso de las inmunitarias para la situación de las partículas infecciosas, sean de ADN o incluso de las aún más veleidosas y proteiformes, los retrovirus de ARN.
Virus de la influenza
De manera análoga, en el caso de la creencia en los entes sobrenaturales, ésta logra a veces resguardarse del descreimiento creciente incluso por un tiempo más o menos extenso, es decir que en ocasiones alcanza a protegerse de aquella incredulidad que tras repetidos desengaños pudiera ir ganando a los sufridos seguidores de las supersticiones mágico-religiosas. En el primer caso, el de carácter biológico, los virus emplean la vía rápida de la mutación; en el otro, el de índole social, los prejuicios religiosos se envasan bajo la aparentemente novedosa -sólo aparentemente-, la inédita forma ya sea de una nueva creencia o religión, o de una superstición, “novísima” a la vez que novelera, aunque en definitiva y más allá de engañosas apariencias no sean otra cosa que más de lo mismo, o esencialmente el mismo infecto vino viejo en odres nuevos; pero muchas veces estos meros disfraces igualmente alcanzan a atrapar desprevenidamente a las mentes desinformadas, inocentes e inadvertidas, muchas veces por haberse formado en el creciente clima de irracionalidad y milagrería que cunde en sectores enteros de la sociedad y se difunde con aparente naturalidad desde los medios principales de difusión y formación de opinión. Por otro lado, existen unas estrategias algo diferentes, pero enfiladas a similares objetivos, a las que apelan tanto las partículas infectivas de carácter biológico como los infectantes culturales: así, y del mismo modo en que, separados de su diana viva, los virus logran en ocasiones sobrevivir en un cierto estado de animación suspendida, preservados bajo forma cristalina hasta lograr enclavarse en una nueva víctima, por su parte los dioses logran a veces sobrevivir encapsulados en los registros de envejecidos textos autodenominados proféticos y en referentes materiales como pueden serlo añejos objetos y supuestas reliquias con pretensión sagrada, así como principalmente en los errados testimonios evocadores anidados en el reservorio infeccioso de algunas provectas instituciones memoriosas –las que quizás en ocasiones puedan hallarse interesadas en emplear la fe en aras de inconfesados objetivos propios-, de manera tal que de todos modos se preservan disponibles esos diosecillos y prácticas mágicas siempre prestos a reanimarse tan pronto como reciban cierta rehidratación vivificante toda vez que algunos humanos incautos se transformen en vectores de reinfección tan pronto como los asuman desprevenidamente, adorándolos como si fueran divinidades reales y vigentes.

Y si no, basta ver cómo hoy en día muchísimos cultores y mercaderes de las tendencias religiosas New Age incorporan de modo sincrético, pero antes que nada improvisadamente y de manera harto desordenada, desinformada y sobre todo acrítica, ecléctica e irresponsablemente, las más heterogéneas formas remozadas de las viejas creencias otrora pertenecientes a culturas antiguas y ya desaparecidas. Se exhuma y resucita así tanto a gnomos, duendes, ángeles, dríadas y otras supuestas entidades sobrenaturales, tal como también se reviven matusalénicos mecanismos esotéricos y desvencijados elementos imaginarios tales como la reencarnación kármica o su versión posterior de la metempsicosis, o la pretendida regresión a vidas pasadas, u otras igualmente pretenciosas variantes parapsicológicas, cuando no mezcladas caprichosamente con cosas tan dispares como la gemoterapia, las esquivas virtudes homeopáticas, el feng shui, los chakras y los canales energéticos, el reiki y la imposición de manos, o ya sea apelando al recurso del espiritismo, de la meditación trascendental y el “método Silva” o la autoayuda, cuando no son las artes adivinatorias mediante el horóscopo, los buzios, el tarot, la lectura de manos o del poso del café o de las runas, tanto como incluyendo la hipotética sabiduría preternatural de los extintos mayas o la de los chamanes supervivientes -por nombrar sólo unos pocos ejemplos, a los que podrían agregarse cosas tales como la creencia en los extraterrestres mesiánicos, o las reverdecidas sectas religiosas de los más variados tipos y para todos los gustos-. Todo lo antedicho y mucho más se amontona, entremezcla y compite por ganar nuevas franjas de mercado. Por supuesto que el florecimiento apresurado de todas estas vertientes irracionalistas sucede de un modo contradictorio y caprichoso; y la masa enorme de variopintas e improvisadas creencias, en definitiva persigue afincarse de manera tan irresponsable como cursi y aviesa en los cerebros desorientados de los “neocreyentes” reclutados, con lo cual el virus de los viejos prejuicios, ahora injertado con otras recientes invenciones –cual el fluido, oportunista intercambio y fusión de genes que efectúan los seres microscópicos- renueva por ello la virulencia y la morbilidad de la infección ideológica y sus consecuentes dolencias, de las cuales las creencias irracionales y toda la infraestructura montada para difundirlas son el claro agente etiológico.

Pero no todo es negativo en el paralelismo entre ambas amenazas –las divinidades y demás creencias sobrenaturales por un lado y los virus de índole biológica por el otro-. Las dos, resultan ser objetivamente comprometedoras para la salud física, psíquica y social de los hombres, las mujeres y las sociedades que todos éstos componen: pero –y es éste un “pero” muy significativo - tanto virus como deidades y otras fantasías supernaturales también se asemejan en la forma en que contra ambos se logra, en algunas oportunidades, superar la infección y las enfermedades que ambos causan: si se sobrellevan y vencen las dolencias de etiología vírica, en muchos casos se alcanza un estado de inmunidad adquirida en el ex-enfermo; y a la vez, cuando se logra dejar atrás las anteriores y desgastadas creencias, en muchos casos se incorpora ya no sólo cierta resistencia frente a la antigua fe que se abandona, sino también ante nuevas pero similares amenazas de infección por parte de eventuales prejuicios religiosos novedosos y más en general ante las nuevas/viejas supersticiones. Todo ocurre un poco al estilo de la eficiente acción protectora que obró en manos del observador y reflexivo Edward Jenner la banal “viruela boba” del ganado bovino, causante por entonces de una inofensiva enfermedad virósica en las peonas de lechería, que curiosamente parecía hacerlas resistentes a la peste tras haber contraído aquella pasajera y benigna enfermedad, el “cow-pox” de los vacunos. Lograba así el sabio inglés al iniciarse el siglo XIX prevenir males mayores mediante la oportuna aplicación del germen de origen animal en las personas sanas, pero ahora bajo la nueva forma de “vacuna”, preventivamente beneficiosa contra la nefasta acción de la por lo demás muy similar viruela humana... Mutatis mutandis, el creyente en situación de crisis de fe, si logra la verificación suficiente y oportuna de la inanidad y el carácter finalmente dañino de una cierta religión o de otra superchería mística, tal nuevo estado de cosas puede obrar en dicho ex-creyente el efecto de efectivo inmunizante escéptico contra prejuicios irracionales análogos, a condición de que la persona logre conceptualizar la generalización de su experiencia, y comenzar entonces a confiar más en las fuerzas y los recursos de la realidad, en vez de continuar apoyándose en pretendidas muletas invisibles y en inútiles bastones imaginarios.



Saramago, humano



Por Diego Maenza, Ecuador


Las novelas que más peso tienen en el conjunto de la obra de José Saramago son a mi parecer El evangelio según Jesucristo Ensayo sobre la ceguera. En la primera, el portugués hace gala de una reflexión profunda acerca de la vida de Jesús de Nazareth y con una visión crítica lo obliga a transitar por los parajes de Galilea y Jerusalén, lo acerca a la prostituta María de Magdala en cuyos sudores encuentra de cierto modo un asidero y un templo de expiación, lo hace caminar a paso lento por las riberas del Jordán y le enseña a pescar en sus aguas como lo hiciera el ficticio Jesús bíblico. Y lo más importante es que lo sume en el fango profundo de la culpa y las pasiones. El mérito de Saramago consiste en volver humano al Dios. Jesús no es el mártir que en nombre de una hipotética divinidad aboga por la salvación de los hombres, sino el animal pensante que, pese a entregarse en sacrificio al capricho divino, cuestiona el supuesto orden que se le asigna, lo indaga, y lo circunda con una meditación de tintes por demás humanos. 

La segunda obra aludida, Ensayo sobre la ceguera, nos conecta a la contemporaneidad, un mundo que se rige por una escala de valores supeditada al egoísmo de la especie; y el autor lo hace por medio de una fabulación de connotaciones filosóficas. El trasfondo de la novela nos demuestra que el ser humano en su afán de libertad desmedida, puede volcar hacia las más bajas debilidades, la sinrazón y la muerte.

De la misma forma que en El evangelio según Jesucristo Saramago aborda los libros bíblicos del Nuevo Testamento, en Caín, nouvelle escrita en sus últimos años de vida, el escritor trastoca la historia de las páginas del Pentateuco para enfocar su visión en la vida del proscrito hijo de Adán.

Caín y Abel, óleo sobre lienzo de Pietro Novelli


Me interesa analizar aquí esta novela porque indaga en temas relacionados directamente con la tradición religiosa judeocristiana, quizá en los asuntos más espinosos. Estéticamente Caín no es una novela perfecta, a diferencia de El evangelio... y eso se nota con una lectura atenta y en el contexto de todo su trabajo narrativo. Por el estilo discursivo de Saramago, cuyas frases extensas y adosadas de disquisiciones dominan la narración, resulta un poco forzoso hacerla encajar en el andamiaje estructural y segmentario de una novela corta tal como la previó el portugués. El mismo problema de estilo lo hallamos en sus cuentos. Para Borges, como afirman algunos, hubiese sido insostenible perpetrar una novela de largo aliento debido a su estilo aforístico. Para Saramago, resulta difícil mantener una ilación permanente en obras cortas sin que no se note su tono artificial, salvo una excepción: El cuento de la isla desconocida, que por lo demás es un relato largo. 

De esta manera Caín se perfila como una novela que busca dominio en el campo del estilo y también en el del contenido, aunque prevaleciendo levemente éste último aspecto sobre el primero, sin romper la maestría escritural del autor ni ir en detrimento de ésta. Pero si algo debemos alabar en Caín técnicamente, es la ejecución en la forma, llevada con paciencia e inteligencia hacia un final concluyente y por lo tanto sorpresivo. Caín tampoco es un panfleto ateo, como insinúan con pretensiones de originalidad sus múltiples detractores. Es una novela cuestionadora que arremete contra los dogmas impuestos por el orden espiritual vigente y que modifica los planteamientos religiosos que se presentan como pautas axiomáticas acomodándolos a una postura que linda con las más elevadas formas del razonamiento. 

La trama no es complicada, pero muy original. Caín, al haber asesinado a su hermano, es condenado a errar por diversos espacios y épocas. En su travesía se topa con personajes que son icónicos en la mitología judeocristiana. Pero con quien batalla en permanente debate es con Dios. El objetivo supremo del desterrado es vencerlo. Un ser sufrido como pocos comprende sin ningún tipo de esfuerzo que un Dios que obliga que lo amen es una divinidad caprichosa. Es un Dios que no merece la vida. De esta forma Caín empieza a emprender su jugada maestra. Para asesinar a Dios, Caín decide matar a los hombres. Saramago desemboca en una cavilación básica: sin ser humano no hay dioses. Y a acabar con la humanidad (con Dios) se dedica Caín dentro del arca de Noé, uno de los lugares al que lo conduce su errancia. 

Caín no llega a ser un panfleto ateo, por el contrario, sus abundantes dotes de invención y su profusa reflexión acerca de la existencia de un dios que por sus actuaciones resulta más inverosímil que el menos dotado de los individuos, un ser colérico y caprichoso al más puro estilo de las enseñanzas bíblicas, nos plantea la necesidad de enfrentarnos a quienes a diario nos señalan (nos marcan) induciéndonos a la desunión, la parálisis y al estigma en nombre de la invención más terrible y absurda que han abortado las neuronas. 

Caín nos enseña que hay que combatir la ignorancia. No con golpes, ni con insultos, sino con el martillo de la razón, con las estratagemas adecuadas para matar al imaginario de Dios que está incrustado, !ay humanidad, esta es la verdadera cisticercosis!, en las cabezas de los hombres. 

Para el lector pacato este tipo de escritura desbordará en la herejía y lo incomodará, haciendo que se oville sobre sí mismo como un quilópodo cuando siente los duros pasos de la razón. Para el lector atento aportará una fuente vasta de reflexiones y una ventana hacia un pensar que ha permanecido oculto y mancillado por culpa de quienes detentan el poder y las supuestas verdades ineluctables. Finalmente, para el lector heterodoxo, ese que siempre pretende avizorar nuevos espacios tanto narrativos y artísticos como del conocimiento, Caín le dará la satisfacción de una obra que engrana perfectamente el pensamiento crítico, la imaginación, el humor refinado y la entrega absoluta a una moral despojada de dogmas que debería guiarnos en cada accionar, todo esto contado por una voz llena de ironía pero sobre todo con un inmenso peso de sentido humano. 

Saramago nos ha mostrado que todos somos como el oscuro hijo de Eva, que llevamos dentro a un inconforme, y que es necesario mostrar permanentemente las verdades para acabar de una vez por todas con las “mentiras religiosas” que es como decir “doble mentira”.

sábado, 1 de marzo de 2014

LA VOZ ATEISTA 108 - 28 DE FEBRERO DE 2014

Hablamos de diversos temas, entre ellos: La tensión Venezuela y Ucrania, El efecto placebo/nocebo, buena musica y los horrores de la biblia.




viernes, 7 de febrero de 2014

Los ateístas contribuimos de manera positiva a la libertad humana

Por Gustavo La Mota, Ecuador

En vista de que cada vez que comento o publico, siempre hay personas/troles que refutan y se quejan de la pagina, así hay la necesidad de aclarar ciertos puntos.

Pocos grupos son tan vilipendiado como los ateístas. Ellos tienden a ser calificados como aguafiestas empeñados en desmantelar las creencias preciadas de la "gente de fe". La realidad es que el creciente movimiento de los ateos ha logrado mucho más que ganar discusiones con personas que creen en un dios. El ateísmo no se trata sólo de refutar la creencia religiosa, es también un creciente movimiento por la justicia social, la intención de derribar las estructuras sociales que perpetúan la desigualdades.

Así como para las feministas lo es el asumir el patriarcado, para los activistas por la paz luchar contra la ideología de la guerra, los activistas de derechos civiles y los abolicionistas desmantelar las tradiciones del racismo, y los humanistas erosionar las jerarquías autoritarias, los ateos están de pie y decir que la raza humana tiene que evolucionar más allá de la religión. Y es este modelo de justicia social que es vigorizante, una nueva generación de ateos a moverse más allá de no creer en silencio y desafiar abiertamente la irracionalidad religiosa.

Culpable es el sistema por empujarnos en esta nueva dirección, más política. El último par de décadas se ha producido una explosión de energía en el poder fundamentalista. La inmediatez de la amenaza fundamentalista a la ciencia, la educación y los derechos humanos demuestra claramente que el problema de la religión se extiende más allá de su irracionalidad inherente. Muchos ateos que encuentran  pruebas sin fin contra la creencia, cansados se ven atraídos al ateísmo organizado como un arma contra esta amenaza a la libertad religiosa y la libre investigación.

A pesar de que muchas personas religiosas liberales existen, en su base, la discusión entre creyentes y ateos, Dios y ciencia, es más o menos el mismo argumento que entre derecha e izquierda. La izquierda tiene sus raíces en la tradición humanista, que exige que la sociedad y el gobierno a priorizar las necesidades y deseos humanos, utilizando las herramientas de la racionalidad y la evidencia hacia esas metas. En la derecha los valores de conservadurismo jerarquía y la tradición y el rechazo al razonamiento basado en la evidencia a favor de los argumentos de autoridad. El imaginario dios provee la autoridad conservadora perfecta, una completamente libre de evidencia, la máxima autoridad que puede hacer que los creyentes asuman sus deseos como verdades irrefutables. La sumisión y la fe se incorporan a incluso las tradiciones cristianas más liberales, en contraste directo con la filosofía humanista de cuestionar y exigir pruebas.

El humanismo ha dado a luz al progresismo, abriendo espacio para cuestionar algunos de los más antiguos prejuicios: la creencia de que los hombres son mejores que las mujeres, que los gays son "antinaturales", que los diferentes colores de piel o de las etnias significa automáticamente distintas funciones y capacidades mentales, que la gente son más ricos porque son más dignos, la regla de los reyes por derecho divino. Cuando comience a hacer preguntas difíciles a las otras creencias, a menudo se descubre que el fundamento de todos ellos suele circular hacia "Dios lo dijo." Al poner en duda la más fundamental de las creencias, que hay un Dios y él está haciendo las reglas, podemos poner en duda la falta de lógica de todas estas otras creencias.

Los vínculos entre el ateísmo y el progresismo también han sido fáciles para los defensores de los derechos de los homosexuales y la liberación sexual, como lo demuestran las investigaciones recientes que muestran que las personas que pierden su fe y al abrazar el ateísmo.... informan de una vida sexual mejorada.

Pero los progresistas ateos no deben sentirse limitados a los argumentos sobre el género y la sexualidad al vincular su ateísmo a cuestiones más amplias. Hay un montón de espacio para un ambientalismo ateísta -ya que no hay otra vida, debemos priorizar el cuidado del mundo que nosotros tenemos-. O un ateísta económico -ya que no hay tal cosa como la "providencia",  es nuestra responsabilidad de cuidar de los pobres y los necesitados-.

Los ateístas somos sólo limitados por nuestra imaginación tenemos que buscar  maneras de hacer que la falta de fe sirva para encontrar maneras productivas de ayudar a la sociedad.

Recién estamos comenzando, espero que pronto los egos inflados y los caóticos cedan paso a ateístas humanistas y logremos consolidar este movimiento en nuestro querido Ecuador.



¿"Macho" y "hembra"? Basta de estereotipos.


Por Lorena Zambrano, Ecuador

Desde mi punto de vista, en la actualidad utilizar la palabra "macho" o "hembra" para referirse al género masculino y femenino es netamente peyorativo, ya que se le han incorporado definiciones sociales sumamente estereotipadas. 

Es notable que  esta palabra está evadiendo u omitiendo las emociones y sentimiento inherentes al ser humano, como el amor, el miedo, la ira, la ansiedad, tristeza, etc pues nos vemos como un producto sexual, nos convertimos en meros títeres de nuestro sexo y de los estereotipos sociales. Decir  "macho" o "hembra" para referirse a los géneros masculinos y femeninos debería sentirse y enseñarse como peyorativo tanto en hombres como mujeres. Lamentablemente la sociedad nos enseña lo contrario.

Veamos las definiciones:
Según la RAE 

macho
(Del lat. mascŭlus).

1. m. Animal del sexo masculino.
2. m. mulo (‖ animal).
3. m. Planta que fecunda a otra de su especie con el       polen de sus estambres.
4. m. Parte del corchete que se engancha en la hembra.
5. m. En los artefactos, pieza que entra dentro de otra.
6. m. Hombre necio. U. t. c. adj.
7. m. Tronco de la cola de los cuadrúpedos.

hembra.
(Del lat. femĭna).

1. f. Animal del sexo femenino.
2. f. mujer (‖ persona del sexo femenino).
3. f. En las plantas que tienen sexos distintos en pies diversos, como las palmeras, individuo que da fruto.
4. f. En los corchetes, broches, tornillos, rejas, llaves y otras cosas semejantes, pieza que tiene un hueco o agujero en donde otra se introduce o encaja.
5. f. El mismo hueco y agujero.
6. f. Cuerpo con una oquedad para dar forma a una materia blanda.
7. f. Cola de caballo poco doblada.
8. adj. Delgado, fino, flojo. Pelo hembra.

Fragmento del libro el segundo sexo de Simone De Beauvoir

¿La mujer? Es muy sencillo, afirman los aficionados a las fórmulas simples: es una matriz, un ovario; es una hembra: basta esta palabra para definirla.

En boca del hombre, el epíteto de «hembra» suena como un insulto; sin embargo, no se avergüenza de su animalidad; se enorgullece, por el contrario, si de él se dice: «¡Es un macho!».  

El término «hembra» es peyorativo, no porque enraíce a la mujer en la Naturaleza, sino porque la confina en su sexo; y si este sexo le parece al hombre despreciable y enemigo hasta en las bestias inocentes, ello se debe, evidentemente, a la inquieta hostilidad que en él suscita la mujer; sin embargo, quiere encontrar en la biología una justificación a ese sentimiento.