"El desarrollo de la mujer, su libertad, su independencia, deben de surgir de ella misma, y es ella quien deberá llevarlos a cabo. Primero, afirmándose como personalidad y no como mercancía sexual. Segundo, rechazando el derecho de cualquiera que pretenda ejercer sobre su cuerpo; negándose a engendrar hijos, a menos que sea ella quien los desee; negándose a ser la sierva de Dios, del Estado, de la sociedad, de la familia, etc., haciendo que su vida sea más simple, pero también más profunda y más rica. Es decir, tratando de aprender el sentido y la sustancia de la vida en todos sus complejos aspectos, liberándose del temor a la opinión ya la condena pública. Sólo eso hará a la mujer libre". (Emma Goldman 1869-1940, filósofa, pedagoga y periodista atea, anarquista de origen lituano).
En las religiones se encuentran muchas evidencias de que las mujeres han estado relacionadas al demonio y la magia negra. Durante los cinco siglos de funcionamiento de la Inquisición en España, miles de mujeres fueron quemadas vivas en la hoguera por orden del régimen católico bajo la acusación de brujería. La menstruación ha sido siempre descrita como tabú sucia y primitiva en muchos textos religiosos.
Ninguna de las mayores religiones (Islam, Cristianismo, Budismo, Hinduismo o Judaísmo) tienen a una mujer como deidad o personificación mortal. De hecho, a las mujeres siempre se les ha negado la educación debido a que la religión la consideraba innecesaria para ellas. No está de más decir lo ilógico para cualquier mujer libre pensadora en esta era de información y tecnología pertenecer o apoyar alguna secta machista cuando sabemos que por siglos hemos estado obligadas a la sumisión hacia el hombre. Estamos en contra de toda violencia femenina, y pedimos el respeto a nuestras decisiones en cuanto a nuestro cuerpo Y nuestras ideas como cualquier ser humano con derecho a la libertad.
La jerarquía de las religiones y Gobiernos siempre ha estado dominada por hombres, y las interpretaciones de textos y símbolos siempre han excluido la perspectiva femenina. Por suerte en la mayoría de países bolivarianos ya se han formado políticas para dar igualdad de oportunidades tanto a hombre como mujeres. Lo esencial es que no formemos una división entre géneros si no, que comprendamos que en el desarrollo de la sociedad nuestro participación como seres humanos libres con igualdad de derechos es primordial.
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